FACILITADORA JUDICIAL DEL DISTRITO DE LAS MINAS, ORGANIZA MATRIMONIO COMUNITARIO EN SU COMUNIDAD.
El pasado martes 20 de mayo, la comunidad del Chumical, ubicada en el distrito de Las Minas, provincia de Herrera, fue escenario de una emotiva jornada en la que se celebraron cuatro (4) matrimonios comunitarios. Esta significativa actividad fue organizada bajo la coordinación de la Licenciada Rosslyn Gracia, Juez Municipal Mixto del distrito de Las Minas, y con el valioso acompañamiento de la Facilitadora Judicial Comunitaria del corregimiento de Chumical, María Encarnación Quintero Guerra.
El corregimiento de Chumical es una comunidad rural caracterizada por su vocación agrícola, con familias trabajadoras y solidarias que, a pesar de enfrentar limitaciones económicas, mantienen vivas sus tradiciones y valores. Este tipo de iniciativas fortalecen no solo el núcleo familiar, sino también el sentido de pertenencia y cohesión entre los habitantes.
Los matrimonios comunitarios tienen como finalidad brindar certeza jurídica a las parejas, consolidar los lazos familiares y facilitar el acceso a derechos fundamentales como la seguridad social, la herencia y la protección patrimonial. Esta actividad gratuita representa una oportunidad para que muchas parejas regularicen su situación legal, promoviendo la inclusión social y la equidad en comunidades históricamente vulnerables.
Estas ceremonias reflejan el compromiso del Servicio Nacional de Facilitadores Judiciales Comunitarios con el desarrollo humano y el acceso a la justicia. El facilitador judicial comunitario no solo actúa como orientador legal, sino también como un puente entre la institucionalidad y las realidades locales, haciendo posible que actos jurídicos de esta naturaleza lleguen a los rincones más apartados del país.
El matrimonio, como institución, representa un pilar para la estabilidad emocional, la crianza responsable de los hijos y la construcción de un proyecto de vida compartido. En comunidades como Chumical, estos valores cobran especial relevancia, ya que fortalecen la convivencia pacífica, el respeto mutuo y la cooperación entre vecinos.
Al formalizar sus uniones, estas parejas no solo consolidan su compromiso, sino que también contribuyen a la construcción de comunidades más fuertes, más organizadas y más justas. La paz social comienza en el hogar, y un matrimonio basado en el respeto, el amor y la legalidad es un paso firme hacia una sociedad más armónica.
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