UNA COMUNIDAD NO SE FORTALECE POR SUS MIEMBROS, SINO POR SU VERDADERO ESPÍRITU DE SACRIFICIO Y DEVOCIÓN POR LOS DEMÁS

“Una comunidad no se fortalece por sus miembros, sino por su verdadero espíritu de sacrificio y devoción por los demás”  
MADRE ST. PIERRE CINQUIN

Ser Facilitador Judicial es más que ser el enlace entre la comunidad y el Órgano Judicial, es querer y preocuparse desinteresadamente  por cada uno de los miembros de sus comunidades y siguiendo ese llamado de servicio, la  Profesora Diva Zoraya  Meléndez, Facilitadora Judicial del Distrito de David, específicamente de la comunidad  de Los Abanicos,  solicitó ayuda a fin de recolectar víveres y alimentos para una paciente de diabetes, quién es miembro de su comunidad. 

La Facilitadora junto a las Juezas Itza Quintero López, Juez Municipal del Distrito de David, Ramo Penal y la Juez María Olmos, Juez Municipal del Distrito de David, Ramo Civil,  visitaron el hogar de la señora Emick Arlenys Siles, quién recientemente sufrió quebrantos de salud y fue sometida a una intervención quirúrgica, para llevarle a ella y a su familia,  bolsas con víveres donadas por los colaboradores y personal de apoyo de ambos despachos.

Primordialmente los Facilitadores Judiciales como lideres comunitarios, sirven de vínculo entre la comunidad y el Órgano Judicial; sin embargo estos no pueden dejar de lado las carencias ó necesidades que mantiene una sociedad, escencialmente  son mediadores de las controversias surgidas entre los miembros de sus comunidades y capacitan a sus integrantes en temas de salud, justicia, medio ambiente, resolución de conflictos entre muchos más, esto con el fin de educar a la comunidad, y de esta forma resolver los conflictos y lograr una convivencia pacífica. 

En esta ocasión, la Profesora Diva Meléndez alertó al Órgano Judicial por medio de la Juez Primera del Distrito de David, Ramo Penal e  inmediatamente se activaron los mecanismos dentro de la Institución para suplir una necesidad no precisamente de litigio o de cáracter jurídico, sino de índole personal. Es de admirar la responsabilidad de nuestra facilitadora con su comunidad y así lograr llevar apoyo a quien lo necesita.